EJERCICIO FISICO TRAE GRANDES BENEFICIOS PARA EL CUERPO LA MENTE Y LA LONGEVIDAD...

A riesgo de sonar como un disco rayado, una nueva serie de estudios impulsa a recordar los beneficios de los ejercicios para el cuerpo, la mente y la longevidad.

El ejercicio de manera regular es la única fuente de la juventud bien establecida, y es gratis,claro si es que ùnicamente caminas por lo menos 30 minutos diarios por el parque de tu casa.
Nuevos estudios, publicados por El Archivo de Medicina Interna, dos geriatras, el Dr. Marco Pahor de la Universidad de Florida y el Dr. Jeff Williamson de Winston-Salem, en Carolina del Norte, destacaron “el poder de mayores niveles de actividad física para contribuir en la prevención de discapacidades en la edad avanzada, debidas ya sea a un mal funcionamiento cognitivo o impedimento físico, por separado o juntos”.

“La inactividad física”, escribieron, “es uno de los pronosticadores más firmes de envejecimiento infructuoso entre adultos mayores y quizá sea la causa fundamental de muchas admisiones innecesarias y prematuras en el cuidado al largo plazo”.

Notaron que hacía mucho ya “se había establecido muy bien que mayores cantidades de actividad física tienen efectos benéficos sobre diversas condiciones relacionadas con la edad como osteoartritis, caídas y fracturas de cadera, enfermedad cardiovascular, enfermedades respiratorias, cáncer, diabetes mellitus, osteoporosis, mala condición física y obesidad, así como capacidad funcional disminuida”.

Uno de los estudios agrega el deterioro mental, al tiempo que el ejercicio produce “un riesgo considerablemente menor de daño cognitivo tras dos años para los participantes con actividad física de moderada a alta”, los cuales eran mayores de 55 años de edad cuando el estudio empezó.

La mayoría de los primeros estudios que demuestran los beneficios del ejercicio se hicieron entre varones. Ahora, una diversidad de nuevos estudios ha demostrado que las mujeres activas cosechan recompensas comparables.

Pruebas fundamentales

A los escépticos sedentarios les gusta decir que por supuesto que el ejercicio se asocia con la buena salud a medida que uno envejece: para empezar, la gente que hace ejercicio es saludable. Sin embargo, algunos estudios en los que algunos participantes son asignados al azar a un programa de actividad física y otros a un placebo (como meros consejos en torno a que hagan ejercicio) detectan su simulación. Incluso estudios menos rigurosos fundamentados en la observación, como el Estudio de Salud de Enfermeras, toman en cuenta el bienestar de los participantes al momento del registro.

De aquí que en uno de los nuevos estudios el Dr. Qi Sun de la Facultad de Salud Pública de Harvard y otros coautores informaran que, entre las 13,535 enfermeras con buena salud al unirse al estudio en 1986, las que reportaron mayores niveles de actividad en la edad madura tenían probabilidades mucho mejores de seguir saludables una década o más en el futuro, a los 70 años de edad. Este estudio encontró que la actividad física aumentaba las probabilidades de que las enfermeras permanecieran saludables sin consideración al peso corporal, aunque aquéllas que eran tanto esbeltas como activas tenían “las mayores probabilidades de una supervivencia exitosa”.

Si se consideran los beneficios del ejercicio un sistema por vez, a continuación está lo que han demostrado recientes estudios, incluidos varios que fueron publicados en El Archivo de Medicina Interna en diciembre.

Cáncer: En un estudio efectuado el año pasado entre 52 estudios sobre el ejercicio y el cáncer de colon, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en San Luis, llegaron a la conclusión de que las personas con mayor actividad tenían probabilidades 21% menores de padecer la enfermedad que las personas menos activas, posiblemente debido a que la actividad contribuye a que los desechos pasen más rápidamente a través de los intestinos.

De manera similar, el riesgo de cáncer de mama es aproximadamente 16% menor entre mujeres que se mantienen activas físicamente, quizá debido a que el ejercicio reduce la exposición de los tejidos a un factor de crecimiento similar a la insulina, conocido promotor del cáncer.

De manera indirecta, el ejercicio pudiera bridarles protección a mujeres posmenopáusicas en contra de cáncer del endometrio, páncreas, colon y esófago, así como del cáncer de mama, al ayudarles a mantener un bajo peso.

Osteoporosis y fragilidad: Huesos y músculos débiles incrementan el riesgo de caídas y fracturas, aunado a una incapacidad de llevar a cabo las tareas de la vida diaria. Actividades aeróbicas en las que se carga peso, como ágiles caminatas y entrenamiento con pesas para incrementar la fuerza muscular pueden reducir o incluso revertir la pérdida de hueso. En uno de los nuevos estudios, investigadores alemanes que asignaron al azar a mujeres de 65 años y más ya sea a un régimen de ejercicio de 18 meses o a un programa de bienestar demostraron que el ejercicio incrementaba la densidad ósea de manera significativa y reducía el riesgo de caídas. Además, a cualquier edad, incluso en personas mayores de 100 años, el entrenamiento con pesas mejora el tamaño y la calidad de los músculos, incrementando por tanto la capacidad de funcionar de manera independiente.

Enfermedad cardiovascular : Desde hace ya largo tiempo atrás, el ejercicio aeróbico se estableció como un invaluable protector del corazón y los vasos sanguíneos. Aumenta la capacidad del corazón para trabajar duro, reduce la presión sanguínea y eleva los niveles de colesterol HDL en la sangre, el cual actúa como un agente limpiador en las arterias. Debido a esto, individuos activos de todas las edades tienen índices menores de paros cardiacos y embolias.

Si bien los primeros estudios fueron conducidos solamente entre varones adultos, en un estudio de 2002 publicado en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, la Dra. JoAnn E. Manson y sus colegas encontraron que entre 73,743 mujeres saludables al inicio de 50 a 79 años de edad, las caminatas vigorosas durante 30 minutos al día, cinco días por semana, redujeron sustancialmente el riesgo de ataques cardiacos y otros eventos cardiovasculares.

En otro estudio, las mujeres que caminaron al menos una hora al día tenían probabilidades 40% menores de sufrir una embolia en comparación con mujeres que caminaban menos de una hora por semana.

Diabetes : Se ha demostrado que la actividad moderada reduce el riesgo de padecer diabetes incluso en mujeres de peso normal. Un estudio a lo largo de 16 años entre 68,097 enfermeras saludables al principio encontró que aquéllas con hábitos sedentarios enfrentaban probabilidades dos veces mayores de padecer diabetes, en tanto que aquéllas que eran tanto sedentarias como obesas estaban ante un riesgo 16 veces mayor comparado con mujeres de peso normal que eran activas.

Otro estudio que asignó al azar a 3,234 hombres y mujeres prediabéticos a practicar modestamente alguna actividad física (cuando menos 150 minutos por semana) descubrieron que el ejercicio era más efectivo que el fármaco metformin en la prevención de la diabetes plena.

Demencia : A medida que la población sigue envejeciendo, quizá el mayor beneficio de la actividad física con regularidad termine siendo su capacidad de prevenir o demorar la pérdida de funciones cognitivas. El nuevo estudio entre 3,485 hombres y mujeres saludables, mayores de 55 años, encontró que quienes estaban activos físicamente tres veces por semana o más tenían las menores probabilidades de sufrir daños cognitivos.

Un estudio conducido en Australia y publicado en septiembre de 2008 en la Revista de las Asociación de Medicina de EU asignó al azar a 170 voluntarios que informaron de problemas de memoria a un programa de seis meses de actividad física o educación de salud. Un año y medio después, el grupo que hizo ejercicio mostró “una modesta mejoría en facultades cognitivas”. Diversos estudios adicionales han confirmado el valor del ejercicio para ayudarle a la gente de edad avanzada a mantener la útil memoria en el corto plazo, permitiéndoles planear, programar y desempeñar varias tareas al mismo tiempo, así como almacenar información y usarla de manera efectiva.