CUANDO LA GRIPE ATACA....

La influenza también es conocida como la gripe. Es una infección que ocasiona fiebre, escalofríos, tos, dolores corporales, dolores de cabeza y algunas veces dolor de oídos o problemas de sinusitis. La gripe es causada por el virus de la influenza. Un virus es un microorganismo demasiado pequeño para poder detectarlo sin un microscopio.

Para la mayoría de las personas, la gripe es una carga, pero desaparece en cuestión de una semana o dos. Sin embargo, para algunas personas, la gripe puede ocasionarles una enfermedad.

La gripe normal, por así decirlo, es una infección aguda causada por un virus gripal. Es propia de los países que presentan cuatro estaciones, sin embargo los virus circulan por todo el mundo por medio de viajeros que lo trasportan de una zona a otra.

Hay tres clases de gripe: A, B y C. Los de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas del virus, es decir su información genética.

Esta entidad se caracteriza por el inicio súbito de fiebre alta, tos (generalmente seca), dolores musculares, articulares, de cabeza y garganta, intenso malestar y abundante secreción nasal. “La fiebre y los demás síntomas suelen desaparecer en la mayoría de los casos en el plazo de una semana”, expresan especialistas del Ministerio de Salud, quienes además advierten que en personas con alto riesgo, esta ‘anomalía’ puede causar daños graves e incluso la muerte.

Las epidemias anuales de esta influenza afectan a gente de toda edad, pero quienes corren mayor peligro de sufrir complicaciones son los menores de 2 años, los mayores de 65 y los individuos de todas las edades con determinadas afecciones como inmunodepresión (deterioro del sistema inmunológico) o patologías crónicas cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas (por ejemplo la diabetes).

Se propaga fácilmente y puede extenderse con rapidez en escuelas, casas o lugares de trabajo. “Las gotitas infectadas que expulsa el paciente al estornudar son inspiradas por otros, quienes quedan expuestos al virus”, comentan.

También puede propagarse a través de las manos infectadas. Por ello la importancia de la higiene.

Algunos países disponen de vacunas que son eficaces para prevenir y tratar la dolencia. Varias cepas de la gripe se vuelven resistentes a los antivíricos (vacunas), lo cual limita la eficacia de la terapia.

Hay casos que no necesitan cuidados médicos, sino sólo reposo, ingesta de líquidos y control de la fiebre. “Y otros requieren ayuda hospitalaria, ya que manifiestan una sintomatología más aguda”, indican los especialistas.

Los contagios masivos se repiten anualmente durante el otoño y el invierno en las regiones templadas -EE.UU. y Europa-.

La patología es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos de alto riesgo (edades extremas y enfermos crónicos). Estos cuadros clínicos causan de 3 a 5 millones de personas enfermas -graves- y unas 250.000 a 500.000 muertes cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). “En nuestro país los virus de la gripe circulan durante todo el año, presentando uno o dos periodos de máxima actividad durante las estaciones lluviosas”, afirman.


“La forma más eficaz de evitar el mal y sus consecuencias es la vacunación”, señala los especialistas, quienes además recuerdan que hace 60 años se vienen utilizando dosis seguras y eficaces.

En los adultos sanos la inmunización antigripal puede prevenir un 70% a 90% de los casos de enfermedad gripal específica, mientras que en los ancianos reduce los cuadros graves y las complicaciones en un 60%, y las muertes en un 80%, según la OMS.

En la medida de lo posible no comparta espacios con personas con la infección. Si usted es quien adolece manténgase alejado de otros.
Tápese la boca y la nariz con un pañuelo cuando tosa o estornude. Esto evita que quienes le rodean se enfermen.
Lavarse las manos constantemente le ayudará a matar los gérmenes.
Trate de no tocarse los ojos, la nariz ni la boca.
Con frecuencia, los virus se propagan cuando alguien toca algo contaminado y luego lo lleva sus manos.
Duerma lo suficiente, haga ejercicio, controle el estrés, beba muchos líquidos, coma alimentos nutritivos y evite el consumo de bebidas heladas o alcoholicas.