EVITE LA DEPRESION CONSUMIENDO OMEGA 3
En lugar de medicamentos antidepresivos,los ácidos grasos de Omega 3 no sólo son buenos para el corazón, una investigación de casi cuatro años realizada en Canadá, demostró que los pacientes con depresión, no ligada a ansiedad, pueden ser atendidos con cápsulas de Omega 3.
El estudio fue realizado por una alianza de cuatro universidades canadienses y estudió a 432 pacientes que fueron supervisados desde octubre de 2005 hasta enero de 2009.
El tratamiento consistió en administrar, durante ocho semanas tres cápsulas de Omega 3 por día. Estas cápsulas contenían aceites de pescado. Algunos de estos pacientes no habían reportado mejoría con otros tratamientos antidepresivos, aunque los investigadores subrayan que los beneficiados no tenían ligada la depresión con algún trastorno de ansiedad ya que ese problema requiere otro tratamiento.
El salmón y la sardina, así como las semillas de nuez, calabaza y chía contienen altas cantidades de Omega 3. Este estudio fue publicado en la Revista de Psiquiatría Clínica (Journal of Clinical Psychyatry).
El estudio fue dado a conocer por el doctor Francois Lespérance, jefe del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Montreal. El resto de los investigadores participantes pertenecen a una red de investigación sanitaria integrada por la Universidad McGill y la Universidad Laval, en Quebec, así como por la Universidad de la Reina en Kingston, Ontario.
La idea de que los ácidos grasos Omega 3 podían tener alguna incidencia en la depresión surgió en 1996 cuando un estudio de la revista de la Sociedad Médica Americana identificó que la depresión es menos común en sociedades donde la dieta de pescado es mayor; en particular en países donde se consume más salmón y sardina.
El segundo dato que reforzó esta sospecha fue un estudio hecho en 1999 por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Massachusetts, Estados Unidos, donde se observó que las personas con mayor consumo de Omega 3 podían manejar de manera más efectiva el trastorno bipolar, anteriormente llamado trastorno maniaco-depresivo.
El experimento canadiense al principio fallaron los resultados que pretendían demostrar directamente el beneficio del Omega 3 para todos los pacientes con depresión. Fue en una segunda ronda de análisis cuando se vio que el beneficio más directo y claro es entre pacientes que tienen depresión pero no están afectados por desórdenes de ansiedad.
En pacientes deprimidos pero sin ansiedad, el Omega 3 es tan efectivo como los tratamientos convencionales con antidepresivos.
La revista donde fueron publicados los resultados calificó a este experimento como el más amplio estudio hecho hasta ahora sobre los beneficios del Omega 3 en el tratamiento contra la depresión debido a que toda la etapa de colecta de datos y observación posterior de los pacientes duró tres años y tres meses. Posteriormente se hizo un análisis de datos de casi un año y el artículo fue severamente revisado por seis meses antes de su publicación.
Los 432 pacientes que participaron en el estudio eran hombres y mujeres adultos. La mitad fue tratada con tres cápsulas diarias de un suplemento de aceite de pescado con Omega 3, mientras que el resto fue tratado con tres pastillas diarias de placebo, es decir, cápsulas que no tenían la sustancia investigada sino aceite de girasol con un saborizante de aceite de pescado. Ni los pacientes ni los médicos sabían cuáles eran las cápsulas con Omega 3 y cuáles las que eran sólo placebo.
Los resultados mostraron una clara mejoría de aquellos que recibieron los ácidos grasos Omega 3, con la ventaja de que dosis similares podrían serles recetadas a través de cambios en la dieta y de ese modo evitar que abandonen el tratamiento por los prejuicios que rodean el tomar medicamentos contra la depresión.
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