NIÑOS QUE MANTIENEN BUENA RELACION CON SUS PADRES AFRONTAN DE MANERA EFICAZ EL ESTRES CUANDO SON ADULTOS....

Nuevo estudio acaba de revalorar la importancia de la convivencia de niños y niñas con su papá ,complementada a la que mantiene una madre con sus hijos que es muy importante para darles autoestima y seguridad.

Científicos de la Universidad de California en Fullerton presentaron un estudio realizado a 972 adultos entre 25 y 74 años de edad, en el cual observaron que aquellos hombres y mujeres que tienen frescos algunos recuerdos de la convivencia con sus padres durante la infancia tienen mayor habilidad para manejar las situaciones de estrés laboral o en la vida diaria. Los datos fueron presentados durante la 118 Conferencia Anual de la Asociación Americana de Psicología.

El estudio detalla que no todos los adultos tenían recuerdos agradables de sus papás, pero en cada caso había una mayor habilidad para manejar la depresión, el enojo y la frustración que entre aquellos que no convivieron con sus papás y únicamente tenían recuerdos de sus mamás.

Entre aquellos voluntarios que participaron en el estudio y que recordaban tener buena relación con sus papás cuando eran niños, la habilidad para manejar el estrés era superior a aquellos que tenían recuerdos infantiles de sus papás, pero con mala relación.

La doctora en psicología Melanie Mallers diseñó esta investigación que consistía en entrevistas telefónicas diarias, a lo largo de una semana, acerca de sus experiencias y dificultades en ese día. En esas entrevistas, el equipo de investigadores buscó identificar estados emocionales muy marcados en el cuadro mental de los entrevistados; por ejemplo, depresión, nerviosismo o enojo. También se enumeraba la cantidad de discusiones en la calle, diferencias en el trabajo y problemas familiares.

En posteriores entrevistas, los mismos 972 adultos profundizaron en el estudio sobre la calidad de relaciones que tuvieron en la infancia con su padre y con su madre.

En esta segunda fase del estudio se les pedía a los voluntarios responder con calificaciones numéricas a preguntas del siguiente tipo: ¿Qué calificación pondría a la relación con su mamá durante sus años de infancia? O ¿Qué tanto apoyo siente que recibió de su mamá en momentos en que usted pensó que la necesitaba?. El mismo tipo de preguntas se hicieron en relación con el papá.

Al cruzar los resultados de las dos series de datos surgió una relación no identificada anteriormente; las personas que convivieron más tiempo con su padre o que tenían recuerdos más arraigados de él, reaccionaban menos emocionalmente ante peleas o hechos frustrantes. Los mismos resultados revelaron que las personas que habían tenido más conflictos o momentos de estrés más apabullantes fueron los mismos que prácticamente no tenían recuerdos de su padre.

El mismo estudio permitió identificar algunas constantes en las respuestas dependiendo del grado de estudios de los padres, el nivel socioeconómico en el que crecieron esos adultos cuando eran niños, ciertas características de neurosis de los padres y el hecho de que en el momento de la entrevista los padres de los entrevistados estuvieran vivos o muertos.

Uno de los datos más marcados es que el tipo de relación con los padres es más constante entre las personas de mayor edad que entre las más jóvenes, pues los padres más jóvenes están construyendo nuevos tipos de relación con sus hijos.