ALGUNOS ESTUDIOS REVELAN QUE DISMINUYE EL CALENTAMIENTO GLOBAL EN LA TIERRA...

Las partículas de esmog en la atmósfera han creado una verdadera pantalla que no deja pasar toda la radiación solar. Ésta, por ahora ayuda a atenuar el calentamiento global, pero no se sabe qué repercusiones podría tener a futuro.

Más de alguien podrá decir: ya no encuentran qué inventar, pero lo cierto es que durante las últimas décadas diversos investigadores señalan que ha disminuido en forma notable la radiación solar sobre la tierra.

Así, si no fuera por esta "sombra" -tambien denominada global dimming- que oscurece al planeta, el efecto invernadero y el cambio climático hoy se estarían sintiendo con mayor potencia que los cerca de cuarenta grados que han habido en Buenos Aires en varios días de enero y los bloqueadores solares más potentes estarían siendo menos efectivos.

Sobre el fenómeno poco se habla , a pesar de que básicamente tiene que ver con nuestro archi conocido esmog. Los altos índices de circulación de una serie de partículas atmosféricas causadas por aerosoles, dióxido de azufre y elementos generados por la combustión de máquinas e industrias, más los incendios forestales que crean una "malla" que no deja pasar el ciento por ciento de los rayos solares y reduce la cantidad de energía solar que ingresa diariamente.

Desde los años setenta hasta hoy, esta "sombra" es responsable de una baja en la luz solar de 5% a nivel global. Se estima que en zonas más industrializadas, como Asia, Norteamérica y Europa, la disminución es considerablemente mayor. De 37% en el caso Hong Kong.

"El oscurecimiento global se produce por las partículas en suspensión, básicamente esmog. Y como todos los países combaten la contaminación, es predecible pensar que los modelos que se han hecho del calentamiento global podrían estar subvalorando el aumento de la temperatura", señala Sebastián Videla, miembro del comité ambiental de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería .

Pero el oscurecimiento no sólo provoca la reducción en la radiación solar; además, ha causado un aumento en la nubosidad.

"Esta bruma tiende a provocar una mayor reflexión de la radiación solar y un menor ingreso de energía solar a la superficie", explica Fernando Santibáñez, vicedecano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y doctor en Bioclimatología.

Se calcula que, en un siglo, el calentamiento global ha generado un aumento de entre tres a cuatro grados en la temperatura del planeta. Esta temperatura podría ser mayor, incluso llegar a 10 grados, si no fuera porque está presente el fenómeno del oscurecimiento global.

En Israel y Australia síse han hecho estudios sobre el tema. Ambos concluyeron que la radiación solar está en descenso. Esto se dedujo a través de las típicas mediciones de evapotranspiración de las plantas, comunes en la agricultura desarrollada y en especial en países con limitaciones hídricas, para entregarles la cantidad justa de agua que necesitan en el riego, constatándose una disminución de la evaporación en los cultivos.

Para tranquilidad de los productores, por ahora no se ven efectos dramáticos para la agricultura, más bien el impacto es positivo; pero ante la posibilidad de que a largo plazo la situación cambie, mejor es contribuir a no aumentar el fenómeno.

Por ahora sólo beneficios

La primera aprensión que surge es respecto de si la disminución en la radiación solar afecta directamente a las plantas y la fotosíntesis.

"Podría tener un efecto negativo, porque disminuye la radiación y las plantas necesitan una radiación determinada, por lo que se podrían se ver afectadas",

Sin embargo la situación de la luz no sería tan crítica.

"Al mediodía hay tres veces más luz de lo que las plantas necesitan, es muy difícil que una disminución de 5% pueda afectarlas".

Contrario a lo que se piensa, el fenómeno del oscurecimiento sería beneficioso en el contexto del efecto invernadero.

"Muchas plantas frente a alta temperatura y mucha luminosidad tienden a desarrollar foto oxidación (golpes de sol), en el que los frutos y las hojas se queman; una disminución de la luminosidad no es tan grave, si hay más luz de la que se necesita".

No a la quema de desechos

En todo caso, lo mejor es tomar medidas para evitar que la sombra se siga agrandando.

Se desconocen sus efectos en la salud humana y, las reacciones químicas que puede provocar esta baja de la luz del sol podrían ser dañinas.

El fin de las quemas agrícolas en las zonas periurbanas sería una de las medidas que los agricultores podrían tomar para combatir el fenómeno, pues éstas son las mayores emisoras de partículas que van a la atmósfera.

"Están apareciendo alternativas para usar estos residuos. En Dinamarca, hay una gran conversión de los desechos en energía; los reciclan y los convierten en gas combustible, en vez de quemarlos".

Las primeras mediciones
El estudio realizado en Israel comenzó en 1954 cuando el biólogo británico Gerald Stanhill midió, a través de piranómetros, cuanta radiación llegaba a la superficie terrestre en ese país, con el objetivo de crear nuevos sistemas de regadío. Las mediciones que realizó Stanhill revelaron que en la zona estudiada la radiación había disminuido 22%, lo que equivale a 4,7% por década.


Los últimos índices
Recientes estudios revelan que este fenómeno, que se ha extendido de forma global, varía según la latitud. Por ejemplo, en Rusia se estima que la radiación ha bajado 30%, en Estados Unidos 10%, mientras que en Europa la disminución podría ser de 16% y en la Antártida 9%. En general, hay una variación por década que va entre 2 a 3%.